Aún nos quedan vicios por perfeccionar en los días raros. Los destaparemos en la intimidad con la punta del zapato.

Dos meses tiene mi hamster.
Aun vive.
Tiene estrés por culpa de mi hermano pequeño.
A ver cuanto más aguanta.

...Lacasita de Placebo

Primeras placas del curso. A ver si llego a 6 veces como hace dos años.
Como molo.

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Bienvenido al inframundo, si tienes algo lo perderás, y si no, se te joderá.
Esto es así, y da gracias por estar y ser algo (?).
Intenta no joder, primero a ti, después a todos los demás.
Sigo perturbadome, pero ya no sobre lo mismo. Ahora ha cambiado, todo es diferente. Es, pero no es.
Núnca será, pero fue. ¿Me arrepiento? Claro que sí. Se perdió.

Lo siento, hoy no estoy expresiva (como todos de costumbre).

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El camino de los ingleses.

  En el centro de nuestras vidas hubo un verano. Un poeta que no escribió ningún verso, una piscina desde cuyo trampolín saltaba un enano con ojos de terciopelo y un hombre al que una noche se lo llevaron las nubes. Los días cayeron sobre nosotros como árboles cansados.

  Ésta es la historia de Miguel Dávila y su riñón derecho. Y también es la historia de mucha otra gente, de la Señorita del Casco Crtaginés, de Amadeo Nunni el Babirusa o la de Paco Frontón y aquel coche de color fresa y nata en el que se paseaba cuando su padre estaba en la cárcel. Y también es mi propia historia. Al recordar aquel tiempo voy resucitando una parte de mi mismo. Como un viejo paisajista que al pintar los ríos, las hojas de los árboles y el azul de las montañas que tiene frente a él estuviese dibujando el contorno de sus ojos, el trazo sinuoso que el tiempo ha dejado en las arrugas de su piel. Su autorretrato.

  No sé que fotografía, de todas las que nos han hecho a lo largo de la vida, sería la que acabaría por definirnos. La que por encima del tiempo diría quiénes hemos sido verdaderamente. Pero si sé que el verano en el que ocurrió la historia de Miguel Dávila es la foto que define lo que fue el germen, la verdadera esencia de nuestras vidas.

Antonio Soler

Suicidio colectivo.

Os apuntais? Seréis bienvenidos.

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Los recuerdos perturban mi cabeza. Bueno y malo. Frío y calor. Primavera.
Lo recuerdas todo, pero a la vez no es nada. Esas cosas para ti son demasiado significativas, sabes, que en realidad, no. Yo era pequeña y corría en los frondosos parques por los que me perdía, me ragaba las rodillas y perseguía mariposas. El río aún no estaba seco. Mi hermano se hacía mayor. Yo no me daba cuenta de ello.
Supongo que todo eso ya se perdió y ni se recuperará hoy ni mañana.

Quiero ir a Liberia a salvar vidas del hambre. Y tener 13 hijos, para que me haren el campo. Esa vida rústica y sencilla que recuerdo de pequeña. Plantar tomates y sandías en mi propio campo, y cuando sea viejecita y tenga 70 años, coger la bici e ir a ver como siguen mis pimientos.

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Confesiones. VOL. III

· Le estoy robando el interné a mi vecino.
· Soy la más malota del barrio.
· And please don't drive me blind.
· Me he obsesionado con 1999.
· Pasar un sábado en el parque Corredor con mi madre debería ser una asignatura obligatoria para todos y no lo tocapelotas eso de correr 23 minutos.
· Fiestas '11.
· Mi móvil mola mazo, ni si quiera tiene color en la pantalla jjjjjjjjje :3
· La Feria Chica de Horche promete.
· La gente me decepciona.
· Tengo fobia a las putas BlackBerry.
· Va a empezar a hacer frío.
· Y hoy ya hace medio año.
· Mi tutora es la chichillas. Biba!

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