Iba a tope, tenía muchas ganas de tirarme y por eso mismo quería hacerlo en primer lugar, pero a la hora de la verdad se me vino el mundo encima y cuando vi el abismo a mis pies me bloqueé. Y decidí que no saltaba. Que no, que no y que no. No.
Y después de hacer el puto espectáculo pues me empujaron y sentía que me moría. Y lo disfruté. No sé qué es lo que más me preocupa: no tener valor para tirarme porque parezca el final o creer que la caída es real y ya no hay vuelta atrás. Hay conflicto de intereses en mi interior.