El viernes le vi y vino a saludarme, ese saludo hizo que me sintiera la persona más feliz del mundo, que me importase una mierda el frío que hacía y mis planes para el fin de semana, que me olvidase de que necesitaba mi dosis de nicotina y hasta de que tenía que comer. Vino él. Cada vez que recuerdo ese momento se dibuja en mi cara una sonrisa de esas que no se ponen así como así. Cada vez que recuerdo eso y el 3 de enero, y cada día que le he visto.
Supongo que me queda mucho tiempo para dejar de recordar esos momentos, tampoco será para tanto.
...Lacasita de Placebo
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