Aunque creas que no, recuerdo a la perfección aquel sábado en que subí a tu coche y te aguantaste la risa por mi nuevo pelo ya que te dije que si te reías yo me quedaría en casa. Sería raro no acordarse.
Hacía ya mucho que no escribía. Tampoco ha pasado nada terriblemente destacable. Estoy un poco plof, no sé por qué extraña razón.
El sábado estuve en el circo. Amo el circo. Sobretodo los payasos. Son tan geniales.
Y ayer me hice el industrial en la oreja izquierda (?).
No entiendo el mundo. Y menos a los tíos. ¿Y si me hago lesbiana?
Te deslizas como si fueras de viento y al contacto con mis dedos te desavanecieras. Si tu magia ya no me hace efecto, ¿cómo voy a continuar? Si me sueltas entre tanto viento ¿cómo voy a continuar?
Estoy deseando irme este verano a Suiza o a algún otro sitio. Como dije ya, desaparecer y empezar de nuevo, aunque solo sea por unos meses.
Pienso mucho y le doy muchas vueltas a las cosas. Podría terminar filosofando. Soy la delegada de mi clase. Amo el poder, ¿lo había contado ya antes?
Odio todos y cada uno de los movimientos y sonidos que produces. Y no quiero hablarte sobre los olores.
16 de diciembre de 2012
9 de diciembre de 2012
Se dispone para el coma pero se olvida de algo.
He hablado pocas veces, o puede que ni si quieras haya hablado de ella en mi blog. Pero se llama Emma y la quiero un montón.
Cuando me hice el esguince en verano, creo que puedo echarle la culpa de lo que pasó.
Fue nuestra noche de los veinte. Nuestra y de nadie más. Puede que de Thor y de Meléndez también, pero nosotras nos la comimos. Nos comimos esa noche, el verano, el comienzo del curso y los peores momentos que podíamos esperarnos en esos días.
Nos comimos los monólogos, a Carlos Baute y mis alitas fritas. Y nos bebimos todo el vino para que no se hiciese bola y pudiésemos tragarnoslo mejor.
La quiero y la aprecio mucho, más de lo que ella o cualquiera pueda imaginar, porque es de verdad y porque es mi persona. Porque nos lo perdonamos todo y porque hagas lo que hagas está prohibido de que la otra te juzgue.
Eso es lo que pasa cuando alguien es tu jodida persona. Si alguien hace algo mal se le pone a parir hasta decir basta, pero si habéis sido una de las dos, no pasa nada.
Eso pasa teniendo a tu persona y siendo un outsider. Y nosotras lo somos. Somos las más outsiders.
5 de diciembre de 2012
CONFESIONES VOL.VI
• No sé cómo explicar lo mucho que quiero a mi madre.
• Llevo uñas de porcelana.
• Joja es imbécil porque dice que no le valoro.
• Un puto nazi.
• He suspendido lengua. Merezco el peor de los castigos.
• Cuando vi ''La soledad de los números primos'' me llevé una decepción con Mattia. Termina gordo.
• Las manos me apestan a lejía.
• Mamá dice que las manías que tengo con el orden, la limpieza y el olor están pasando de castaño oscuro.
• Cada vez tengo menos paciencia.
• Amo a mi profesora de matemáticas. Besaría el suelo que pisa si fuera necesario.
• Las camisetas ajustadas no me dicen nada.
• Tengo jodido frío continuamente.
• Me casaría con el chico que conocí en feria chica.
• Tengo miedo. Al mundo en general, al simple echo de existir.
• Me voy a apuntar a boxeo.
• No paro de llorar. Todos los putos días. Sin razón.
• Parezco una puta foca enorme con complejo de vaca.
• Antes era una chica de verdad. Con sus huesos bajo la piel que se detectaban con sólo un vistazo. Ahora tengo cantidades industriales de grasa.
• Soy la ama de economía.
• Como si no tuviese suficiente con mi nariz, me ha salido un herpes justo debajo, para llamar un poco más la atención.
• Huelo a humo.