Si tuviese la certeza del que ha vivido una vida entera y ya no le queda nada más que vivir excepto tres despertares, tres cenas y tres últimos polvos, afirmaría que 2015 ha sido el año más cojonudo que he vivido.
¿Que por qué? Pues yo qué sé, chico. Muchas cosas, y ninguna buena.
Es brooooma.
Sí que es verdad que me he tirado mi tiempo en la mierda, tocando fondo y escarbando para llegar más abajo aún, pero qué coño, los buenos momentos.. Sí, esos le dan mil vueltas a la mierda.
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