24 de enero de 2018

Siempre me pasa lo mismo. Cada vez que escribo sobre cómo estoy viviendo pasa algo que hace que todo cambie y de repente la situación dé la vuelta. Durante 5 minutos. Y después, otra-vez-lo mismo.
Quizá es como cuando te pasa algo, vas al médico y justo se te quita pero al día siguiente aparece. O no sé.
La verdad es que el sábado me teletransporté a hace unos cuantos años, a cuando las cosas aún me importaban, a cuando me paraba a pensar en lo que estaba viendo. Es increíble revivir situaciones, aunque no sean con la misma gente, aunque no sean en el mismo sitio, aunque no signifiquen lo mismo. Sólo vuelvo a ser una niña de 14 años perdida entre la inmensidad de la gente, pero ahora no por su cantidad, si no por su calidad, por todos esos mundos que llevan dentro y a los que me permiten pasar y hurgar.
A veces me entran ganas de llorar por no vivir, por no saber vivir. Pero la verdad es que creo que ni si quiera sea algo que me importe. Y de momento solo sigo pasando sin hacer ruido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario