17 de octubre de 2018

I crave to know
what it is
that occupies your mind
when the light of day has faded
and you are left alone
with your thoughts.

23 de mayo de 2018

Me encanta jugar a ser mala, a mostrar que soy alguien que no soy, pero que termino creyéndome.
Me encanta jugar a recrearme, a hundirte en la mierda y a que me reconozcas que ha sido por mi.
A lo que más me gusta jugar es a pisotearte como a una débil hormiga y reírme de ti, quedar por encima.

19 de abril de 2018

Supongo que estoy bien. Supongo que todo me va bien. Supongo que tengo que estar contenta por ello.
Que sí, que me siento muy plena ahora mismo y tal, pero es que sigo sintiendo el vacío dentro de mi pecho y sigo sintiendo que todo me da igual.
Pero que no sé, que parece que nunca voy a salir de este pozo.

23 de febrero de 2018

El otro día estaba tan borracha que sentí que me desmayaba y se me acababa la vida. 
Y no me importó.

13 de febrero de 2018

La primera vez que se me rompieron unos pantalones por la entrepierna fue subiendo al coche de mi antiguo vecino para ir a clase. Se rompieron justo cuando subía al coche y cuando sonó el roto él pensó que me había tirado un pedo. Obviamente me miró mal.
Estaba cursando 1º de bachillerato y me tiré toda la mañana intentando no subir las escaleras delante de nadie para que no me viera el coño. No sirvió de nada.
Ayer fue la 23893ª vez. Cada vez que me sentaba y me agachaba para probarme unas botas se me rompía un poco más, hasta que llegó a ser tan grande que era evidente incluso sin fijarte en mi entrepierna.
He llegado a unos límites de gordura que no me reconozco a mi misma. Como por ansiedad. Por felicidad. Por aburrimiento. Por cualquier cosa. Y así estoy, que no sé ni de qué coño me sorprendo.
Necesito un nuevo comienzo en mi vida. Hacer las cosas bien, por una vez.
Necesito cambiar, esta vez definitivamente.

24 de enero de 2018

Siempre me pasa lo mismo. Cada vez que escribo sobre cómo estoy viviendo pasa algo que hace que todo cambie y de repente la situación dé la vuelta. Durante 5 minutos. Y después, otra-vez-lo mismo.
Quizá es como cuando te pasa algo, vas al médico y justo se te quita pero al día siguiente aparece. O no sé.
La verdad es que el sábado me teletransporté a hace unos cuantos años, a cuando las cosas aún me importaban, a cuando me paraba a pensar en lo que estaba viendo. Es increíble revivir situaciones, aunque no sean con la misma gente, aunque no sean en el mismo sitio, aunque no signifiquen lo mismo. Sólo vuelvo a ser una niña de 14 años perdida entre la inmensidad de la gente, pero ahora no por su cantidad, si no por su calidad, por todos esos mundos que llevan dentro y a los que me permiten pasar y hurgar.
A veces me entran ganas de llorar por no vivir, por no saber vivir. Pero la verdad es que creo que ni si quiera sea algo que me importe. Y de momento solo sigo pasando sin hacer ruido.

19 de enero de 2018

Nada

Leyendo este blog, mi blog, me doy cuenta de lo que llevo meses (o quizá años) sospechando. Estoy viviendo en stand-by, en modo automático, dejando que la vida pase desapercibida ante mí.
No me arrepiento de nada porque no me importa nada. Porque no tengo sentimientos. Porque estoy vacía.
Estás haciendo un curso con 14 asignaturas. Da igual, las volveré a suspender todas y ni si quiera me sentiré mal por ello. Ni por perder mi vida en nada. Ni nada.
Hay días que ni si quiera salgo de casa, incluso seguidos, incluso llegando a ser semanas. Y me da igual porque no hay ninguna razón por la que me parezca atractivo salir. ¿Estaré desarrollando algún tipo de agorafobia? No lo creo.
Nunca se me acelera el corazón porque nunca nada me importa lo suficiente como para hacer que sienta algún tipo de sentimiento hacia ello.
Hace años me pasó algo parecido, creía que lo había llegado a superar, pero me doy cuenta de que sigo en la misma espiral descendente de pasividad e indiferencia.
No sé ni qué mierda estoy escribiendo.


¿Realmente estoy diciendo algo?

13 de febrero de 2017

Me pregunto en días como hoy si podré ser libre y actuar como me salga del coño a partir de algún momento de mi vida.
A ver, que parece muy dramático y tal, pero joder, que estoy harta de depender de todos para esto y para lo otro. Es como que no puedo tomar una decisión sin haberla consultado antes con la disponibilidad de otra persona como mi madre o mi novio o mis amigas en plan: este día quiero ser feliz, puedo o te viene mal?
Que yo os amo a todos, pero quiero ser una florecilla libre que baila a su antojo.

16 de septiembre de 2016

Ya estuve ahí.

Te he superado.
Pero no de quedar por encima de ti, sino de superación emocional. Y aunque haya sido a costa de joderte, me siento mejor que nunca.

12 de mayo de 2016

Cuando de lo que va, nada va bien, ¿qué haces? ¿Si tu gran apoyo ha desaparecido en qué coño te apoyas? Cuando sólo se hacen las cosas al revés de como las quieres, ¿qué? ¿Y si sólo quieres llorar mientras no paras de comer pollo del KFC debajo de tu cama? Tirándote todas las migas por encima, teniendo pelusas de polvo debajo, y nada dentro. O solo tristeza. Eso ya al gusto del consumidor.
Me encantaría poder arreglar mi vida. Que por una vez las cosas fueran bien. O bueno, me conformo con que tirasen. De mi. Al fondo de algún precipicio.
Si mi voz no se quebrase y pudiera hablar no lo haría. Si pudiese morir tampoco. Ni vivir. Elegiría la caja, la caja siempre es la mejor opción.
Podría irme. Podría irme para sumergirme en una cultura nueva como la india y descubrir mi verdadero yo. Gilipollas. Como si aquí no pudieras hacerlo. Tú o cualquiera de los modernitos jipis que no sé por qué pero piensan esa mierda.
Sanar tu vacío con otro. Y otro. Y otro. Y así hasta superar mi récord personal de gilipollas entre las piernas.
Podría volver a los chupitos de cada viernes y querer morir los sábados.
Podría volver a fumar, que eso siempre te da un toque más enigmático.
Podría terminar mi propósito de ser una chica fitness.
Podría empezar a dedicarme a hacer vino. ¡Qué coño! Me lo terminaría bebiendo yo todo antes de que madurase y terminaría muerta.
Podría.. no sé.. aficionarme a algo. ¡Al vino! No joder, no quieres ser alcohólica.
Podría empezar a inventarme mi vida cada vez que hablo con una persona a la que no conocía de nada.
Podría aprender informática. O podría aprobar de una vez todas las asignaturas de un cuatrimestre a la primera.
Podría entrar en Masterchef. Junior, obviamente.
Podría hacerte ver todo el daño que me has hecho. Ya, pero luego ¿qué?¿Y arreglar las cosas contigo? Nah, sería infravalorarme mucho. ¿O no?
Podría delirar, como ahora.
Y comer.
Y olvidarte.
¿Me llevará mucho?